El proyecto arqueológico del castillo de la Villa de Atienza (Guadalajara, España) focaliza su investigación en un asentamiento que, durante la Edad Media, sirvió como frontera tanto en época islámica como cristiana.
Este gran yacimiento arqueológico es crucial para entender, por un lado, las dinámicas entre estas dos sociedades y las estrategias utilizadas por cada una de ellas en la explotación de espacios productivos y recursos medioambientales.
Por otro lado, es un yacimiento relevante por haber sido un espacio de coexistencia entre las tres principales comunidades religiosas medievales en la Península Ibérica: islámica, cristiana i judía.